Hada

Del reflejo de una imaginación infantil se desprenden todos los sueños anhelados por un mundo inmerso en estériles blancos/negros. Solo se necesita viajar entre dimensiones ajenas a reglas empíricas, solo hace falta descansar en un color, vivir en un poema. Ella: ángel, guardiana, color, poema, tiene la cósmica tarea de cuidarnos las miradas, de llenarlas de sol y desterrar sin mediaciones la escala de grises intrínsecamente adjuntada a nuestros gritos. Del de-construir nace la construcción, del ocaso el mundo y hoy como si fuera un siempre, el ángel llora sonriendo el futuro de nuestros milagros. Devuelve con su rostro lúdico todos nuestros sentidos para poder, al fin, ser parte de nosotros mismos, y trascender al mundo de los colores. Color como fuente, color como parte fundamental de nuestra boca. Aquí estoy hada, entregado enteramente a tu voz, con mis manos como pincel y en mi cabeza la paleta necesaria para destruir el universo y vivir para siempre en el sueño que me mostraste.