Una lagrima vistió de penas el viento que rosaba las risas y construyó un silencio donde los gritos antes hacían alarde del amor. Un par de ojos que perdidos en tristeza gritaban que no los dejen luchaban contra una boca que desangraba un adiós.
Las manos se soldaron a las manos de un otro que en ese instante era uno y al mismo tiempo un beso. Los abrazos parecían desafiar las leyes del tiempo mientras que la ventana cada vez se hacia mas chiquita... el sol pedía permiso para venir a salvarnos.
Los cuerpos aún desconocidos empezaron a extrañarse desde antes que la puerta se cerrara y la despedida, sorprendida por el apuro, se puso lo que encontró y llego desarreglada y letal.
Hoy mi cabeza duerme tranquila de saber que por mas oscuridad que sople tu sonrisa está y va a estar brillando siempre. Hoy mis manos se adueñaron del ultimo segundo en compañía de las tuyas y guardaron ese momento en mi mochila. Hoy mis versos no pueden dejar de escribir sobre vos, hoy mi boca no para de besarte, hoy mis brazos no tienen nada para hacer mas que practicar el abrazo de reencuentro, hoy mi tiempo se mide en la distancia entre tu cama y la mía.
Hoy solo quiero verte y decirte que la puerta que se cerro ese día entre vos y yo solo mostró lo mucho que te necesito.
